martes, 31 de marzo de 2020

DUDAS EXISTENCIALES Y PAZ INTERIOR






Dicen que el Covid-19 va a arrasar África, pero yo no estoy tan seguro. Me temo que el impacto será mucho menor que el de enfermedades que aún asolan al continente: el sida o la malaria. Tampoco podrá con la terrible pandemia que devasta esas latitudes: el hambre.

En China mueren más de cien mil seres humanos cada año a causa de la contaminación provocada por las fábricas cuya producción se destina a la Unión Europea y los Estados Unidos (diario “El País” 30 de marzo de 2017). En España mueren por enfermedades relacionadas con el tabaco más de 200 personas al día (diario “El País” 15 de junio de 2015), más de 60.000 al año. La OMS ha declarado en varias ocasiones el tabaquismo como pandemia. Las muertes por tabaquismo y contaminación superan con creces a todas las demás debidas a otras causas, sobre todo a las infecciosas. Pero, a día de hoy, tenemos más miedo a exponernos al Covid-19 que al tabaco o a la contaminación. Nos ponen en cuarentena, cierran casi todos los negocios, fábricas no esenciales, pero los estancos permanecen abiertos. Varios millones de españoles llegamos a casa, nos quitamos la mascarilla y los guantes y fumamos un cigarrillo tras otro, en muchos casos delante de las personas mayores a las que queremos proteger del coronavirus.

En la República Popular China empezó esta pandemia, dicen que a partir del consumo de murciélagos y otras especies contaminadas con dicho virus. Casualmente, todo comienza en el mismo país que genera diariamente una gran contaminación en sus tremendos complejos industriales; en realidad, muchos polígonos industriales de China son del tamaño de la ciudad de Santander, y los de Wuhan también. A lo mejor el origen de esta pandemia tiene más relación de lo que pensamos con ese mundo industrializado de la primera potencia del Mundo y sus cientos de empresas dedicadas a fabricar material sanitario. Ese material que ahora están comprando en Europa y Estados Unidos a cambio de cientos de millones de euros que tendremos que pagar todos los ciudadanos en el futuro, y a cambio también de sacrificar vidas de millares de chinos que perecerán por causa de la contaminación originada por dichas fábricas. Con suerte, salvaremos algunos miles de vidas. Todos esperamos que se contenga la curva de contagio y que esta pandemia no extermine al Ser Humano. Nadie se quiere contaminar con el Covid-19, porque si los gobiernos de todo el Mundo desarrollado están encerrando en casa a su población, seguro que esta pandemia es una cosa muy seria, y representa un gran problema de salud para sus ciudadanos; eso es indiscutible, y las muertes que está dejando en pocos días lo demuestra. El tabaco o la contaminación, que volverán a incidir sobre todos nosotros de una manera directa o indirecta, son pandemias tan peligrosas como este coronavirus; sin embargo, durante este confinamiento, ciertas fábricas siguen produciendo y contaminando, a la vez que los estancos siguen abiertos.

Probablemente lo que va a exterminarnos como especie es el exceso de producción de los sistemas capitalistas (China, India, Japón, Indonesia y Corea del Sur son claramente sistemas capitalistas; de hecho, pertenecen al G-20). La mayoría de los gobiernos de los países más desarrollados nos manipulan para que descartemos el socialismo como sistema económico sostenible. Y al mundo subdesarrollado se le vende armamento junto con la propaganda política pertinente para usarlo. Creo que esa es la cruda realidad en la que está inmersa la Humanidad.

Tenemos que mantener la esperanza en un mundo mejor, sí, nunca debemos dejar de caminar por esa senda tortuosa hacia la utopía. Espero que después de esta pandemia se remuevan muchas conciencias y cambien, aunque sea en poca medida, ciertos malos hábitos de la población occidental. A lo mejor puedo ver cómo el mundo desarrollado modifica sus brutales sistemas capitalistas logrando un mayor equilibrio en el reparto de la riqueza...¡Ojalá!

Si ese día llega, si esos tiempos los puedo vivir, tal vez muera en paz, tal vez crea que mereció la pena pasar por toda esta aventura que llamamos vida. Si no es así, si el mundo desarrollado sigue empeñado en producir cada vez más, lavar cerebros ondeando la bandera del consumismo, a la vez que girando la cabeza ante los problemas reales que tienen los habitantes de todo el Planeta, entonces seguirá apoderándose de mí el desasosiego y la frustración; y tal vez moriré con más dudas existenciales y menos paz interior.

martes, 17 de marzo de 2020

EL VIRUS MÁS MORTÍFERO ES EL MIEDO





El miedo matará más gente que el virus. El peor virus que nos puede entrar es el Estrés, sin duda. Si preguntas a cualquier médico sobre lo que debes evitar para tener una vida sana, lo primero que te responde es que intentes evitar el estrés. No hay peor infección que la que te inunda de miedo y estrés. Y sobre todo no tenemos que olvidar que la peor Pandemia que hay en el Mundo es el hambre, al que Occidente nunca pondrá remedio. 24000 seres humanos mueren de inanición AL DÍA en el Mundo, y el 80% de ellos son niños menores de 5 años. Mientras que cada día la pandemia del hambre asola a la Humanidad, nosotros, los acomodados ciudadanos del mundo desarrollado, ahora vivimos preocupados del coronavirus, otrora del paro, o de la mensualidad del PPV para ver el fútbol o el Netflix.

A veces siento vergüenza por pertenecer al mismo género que los políticos, grandes empresarios y maleducados hijos de occidentales acomodados. Me gustaría que reflexionáramos un poco acerca de esta situación y nos diéramos cuenta de que ahora más que nunca somos "masa borreguil" manipulados por los medios y actuando con miedo a contagiar o contagiarse de un virus que puede hacer desaparecer nuestro gran bienestar.

En la Edad Media el Clero, con su gran poder, nos hacía vivir con miedo al Infierno, porque la vida terrenal no era ni por asomo la misma que en el siglo XXI, siempre refiriéndose a Occidente. El Clero prometía un Cielo para todos aquellos que fueran creyentes y se sometieran a los dictámenes de la religión católica apostólica y romana. Ahora casi nadie cree en el Cielo y en el Infierno; se nos manipula con el temor a perder el paraíso terrenal que habitamos la minoría acomodada occidental.

En el fondo, creo que la especie humana es incapaz de evolucionar socialmente en un nivel global. Creo que el temor a perder nuestra acomodada vida nos puede hacer desaparecer como especie, porque el Mundo subdesarrollado no tiene la capacidad de destruir el Planeta como la tiene el Mundo desarrollado, bien con un virus de laboratorio, bien con armas nucleares o bacteriológicas. Seguramente el niño que muere de hambre en este mismo minuto en que escribo estas palabras desconocía los efectos del coronavirus y otras muchas cosas, pero de lo que estoy seguro es de que la corta vida que ha tenido ha sido lo más parecido a ese Infierno con el que el Clero amenazaba a los infieles en la Edad Media.