viernes, 10 de junio de 2016

MIEDO A LA LIBERTAD




Erich Fromm en su libro titulado "Miedo a la libertad" dice que en una sociedad moderna, con sus leyes y normas, solamente puede ser libre aquel individuo neurótico (inestable emocionalmente, pero estable racionalmente) que no se adapta a las condiciones que marca la sociedad en la que vive.
   Se podría describir el miedo a la libertad como ese temor a no adaptarse a la Sociedad y quedar marginado por no acatar sus normas. Los regímenes totalitarios, en algunos casos, son resultado del temor a la existencia de una libertad que pueda provocar anarquía y falta de principios morales (o religiosos).
Se dice que nuestra libertad empieza donde acaba la de los demás, frase que denota que nunca tendremos libertad total viviendo en una sociedad con leyes. La línea que separa la pérdida de libertad, para poder integrarse plenamente en una Sociedad Occidental, de vivir libre en ella sin tener que amoldarse a sus normas, está constituida por el miedo, por el temor a no formar parte del grupo, de quedar apartado de esa corporación humana.
   El miedo a la libertad existe porque ser libre implica valentía, exige decisión, es un estado más difícil que la asunción de ciertas "reglas del juego" para lograr unos determinados objetivos impuestos por la "Sociedad democrática". Es complejo establecer unos principios que nos sirvan como modelo de persona libre viviendo en sociedad, pero si tuviera que aventurarme diría dos: no perder nunca la dignidad por dinero y mantener la compostura ante los ataques por parte de aquellos que no eligen ser libres; su decisión no ha de condicionar la libertad de los demás. Esos son los que nos dicen que tu libertad empieza donde acaba la suya (frase de los que tienen miedo a ser libres y se dedican a poner cotas a la libertad del resto).
   Cada día que me despierto, intento cumplir esos principios, pero no resulta tan fácil; hay que hacer un esfuerzo intelectual (de evasión) grande, para poder ser libre viviendo en una sociedad llena de temores infundados, cuyos valores se desploman con las crisis económicas cíclicas, cuya hipocresía crece día tras día y en la que muchos se sienten alienados en su trabajo.
Por miedo a la libertad, a veces, nos esclavizamos voluntariamente para seguir alimentando este sistema capitalista, en decadencia, que pronto será sustituido por el modelo asiático (trabajar mucho y cobrar poco). No vamos a tener más miedo a la libertad, pues no toma sentido tener miedo a lo desconocido.
   Espero que en la sociedad que se nos viene encima, la de las próximas décadas, seamos capaces de ser una cuarta parte de lo libres que somos hoy. Confiaré en mi suerte para abordar lo que está por suceder.

1 comentario:

  1. Tras leer detalladamente al autor, llego a la conclusión/pregunta siguiente ¿es el hombre libre? y mi conclusión es rotunda. NO.
    Miremos a nuestro alrededor, y pensemos en alguien que realmente lo haya sido.
    Si hasta Cristo murió en la Cruz
    Triste conclusión a la que llego, pero gracias al autor por hacerme reflexinar

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