jueves, 1 de octubre de 2015

AHORRAR PARA DESPUÉS DE LA MUERTE



Un asunto preocupante para todo trabajador de más de cincuenta años siempre es su jubilación. Tanto es así que, en múltiples casos, se convierte en una de las mayores angustias cuando se piensa en ella; vivimos y trabajamos con la incertidumbre de cómo vamos a quedar cuando nos jubilemos. He dicho "cómo" porque a mí me preocupa más que con "cuánto", aunque sé que muchos se olvidan del "cómo", primando en su cálculos el "cuánto". A todos aquellos que viven más preocupados del "cuánto" les deseo todo lo mejor y que lleguen a recibir cuanto hayan previsto en sus más que pensados planes de jubilación, siempre que lleguen a la edad estipulada para poder disfrutar de ello. Hablando de la edad para disfrutar de la jubilación, que será a partir de los setenta años para nuestra generación (siempre que no lo vuelvan a cambiar y suban la edad a ochenta), voy a decir que parece una edad ideal para gozar de muchos placeres de la vida: realizar el acto sexual de manera salvaje, beber y comer todo lo que nos apetezca, conducir deportivamente una moto por carreteras sinuosas, subir a la cima de una montaña por un camino de fuerte pendiente, correr siempre que la situación lo requiera...

La verdad es que no alcanzo a comprender el porqué de tanta previsión para llegar a la jubilación con una buena pensión y que para ello tengamos que trabajar y trabajar, sin cuidar lo más preciado que poseemos: la salud, tanto corporal como mental. Todos conocemos personas, bien del entorno familiar o laboral, que han trabajado toda una vida para poder jubilarse con una buena remuneración y quien la ha recibido es su cónyuge, aunque sólo un porcentaje de su cuantía. Está claro que si descuidamos la salud, por mucho que sea la cantidad que nos corresponde recibir una vez llegada la etapa de nuestra jubilación, no creo que nos sirva de mucho haber perdido tanto tiempo trabajando y así no llegar a disfrutar ni en nuestra vida laboral, ni después de ella. Es cierto que hay personas que lo "pasan en grande" en su vida laboral, pero también deben pensar que existen muchos a los cuales su trabajo no les aporta tanta dicha; por eso me he referido a la pérdida de tiempo tan inmensa que acarrean muchos empleos, ya sé que no todos.

Como dice un cuñado mío: "trabajar no puede ser muy bueno, pues te pagan por ello...", de todas formas en contraposición, Karl Marx decía: "Trabajar dignifica al ser humano"; la verdad es que no sé a quién creer. Pienso que la vida laboral hay que tomársela con cierta calma por las posibles consecuencias nefastas derivadas del estrés, ansiedades y demás trastornos. Puede ser que, al final, solamente disfrutemos de verdad durante una pequeña etapa de nuestra corta vida, por lo cual parece recomendable trabajar lo menos que se nos permita en esta sociedad, para así llegar a la jubilación bien (de salud), aun sin tener una buena pensión (de cantidad); pues estoy seguro de que es mejor estar bien que tener mucha remuneración, pero no ser capaz de aprovecharla al cien por cien.

Conozco casos que, una vez jubilados y con todo pagado, además de tener cuentas bancarias con muchos ceros a la derecha, siguen ahorrando gran parte del dinero que perciben, como cuando trabajaban, con un fin para mí desconocido; pues se supone que ya pueden gastar más debido a que les queda menos tiempo de vida. Hasta el más rico se va de esta vida como vino al mundo. Es posible que alguien crea que existe otra vida después de la muerte, mas no está claro cómo será: tal vez los ricos con los ricos y los pobres con los pobres, a lo mejor no es como algunos la imaginan. No me parece que tengamos que ahorrar para vivir mejor también después de la muerte.


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